Las criptomonedas no son las únicas con problemas estructurales: las transacciones fraudulentas con tarjetas de crédito y el robo de identidad han aumentado en un 35 % durante la pandemia del coronavirus, y las pequeñas empresas independientes siguen estando entre las más afectadas. Los pagos criptográficos en dispositivos móviles podrían ser un paso hacia la seguridad allí: debido a que son transacciones dirigidas al cliente, en lugar de ser enrutadas a través de terceros, las criptomonedas reducen el vector de ataque de oportunidades de fraude.